lunes, 24 de mayo de 2010

Un escenario para el periodismo

Hace unos días, en un circunstancial encuentro de colegas que trabajamos en diversos medios gráficos, la curiosidad de saber cómo llevábamos por dentro el actual enfrentamiento entre el gobierno y el Grupo Clarín, nos llevó a una conversación interesante sobre el quehacer diario del periodista, las contradicciones entre nuestra opinión personal y la que teníamos que volcar en nuestro trabajo, y el "no periodismo" que practicamos en ocasiones por darle prioridad a una directriz que a veces no tiene nada que ver con un mandato periodístico.
Descubrimos que nuestras afinidades como trabajadores de los medios de comunicación son más que nuestra concordancia con el interés editorial de la empresa No solo para quienes trabajan en medios cuya línea editorial no comparten, sino incluso para quienes comparten algunas de sus parámetros políticos o ideológicos. Para estos últimos, obviamente hay un grado de comodidad mayor. Pero todos coincidimos en que cruzar ese límite es una cuestión que sale de nuestro poder. Sobre todo porque las empresas mediáticas ahora tienen más en su ADN la impronta empresarial que la mediática. Y así, hoy el dueño puede ser uno, y mañana otro que adhiere su interés a una ideología diametralmente opuesta. Además nuestra elección depende de parámetros tan prosaicos como el sueldo para llegar a fin de mes, en un medio en el que abunda el empleo precario y en negro.

Para mi ese gran enfrentamiento que existe entre el gobierno argentino y ese otro parapoder político que es el grupo Clarín tiene un costado positivo. Para quienes tenemos interés en hacer periodismo en serio, claro. Quiero decir, el periodismo que respete el lenguaje y lo enriquezca. Ese que ofrece elementos para el análisis y herramientas para la interpretación. No el tan común por estos días, que entrega en paquete la interpretación, los juicios de valor y las opiniones dirigidas a "bajar línea"; que subestima al lector/televidente/oyente  y no le permite crear su propio criterio, sino que le impone uno propio.

Creo que estamos en un escenario propicio en el que tenemos la oportunidad única de reacomodarnos y pensarnos como periodistas. Nuestra reafirmación  debe ser horizontal y no en relación con el medio en el que eventualmente trabajemos. Pero para eso debemos hacer el esfuerzo de resistir la identificación con nuestra "medio patrón". Si queremos ofrecer información que ayude a crear criterios propios, tenemos que solidificar el propio.

En fin... esto iba solo a ser una introducción para recomendarles la columna de hoy de Eduardo Aliverti, que me recordó la conversación que tuve hace unos días y que lo dice mucho mejor que yo. Aquí: Entre nosotros.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

acá no hay nada de ningún aliverti. hay una nota de o'donnell sobre un morocho colombiano

DEB dijo...

corregido el link